Virginia regresa siempre

Nos emociona volver a Virginia. En realidad ella permanece siempre; sus palabras y sus pájaros griegos habitan en nosotros. Seguimos buscando una habitación propia y en muchas ocasiones somos todavía la hermana de Shakespeare que jamás escribió una palabra y yace en la encrucijada. Lo diremos en voz alta una y otra vez. Y no sólo el 8 de marzo, o el 25 de noviembre. Lo diremos todos los días y a todas horas:

Démosle otros cien años, démosle cien libras al año y una habitación propia, y el día menos pensado escribirá un libro mejor.

Gracias Virginia